Unidades antidisturbios de la policía dispersaron este sábado una marcha de centenares de personas que trataban de celebrar, como todos los años, la marcha del orgullo gay en el centro de Estambul.
“La calle es nuestra” era el lema de la convocatoria, que denuncia la creciente hostilidad en Turquía contra gays, lesbianas, bisexuales, transgénero, queer e intersexuales.

Los manifestantes se congregaron en un barrio cercano a la emblemática plaza Taksim, rodeada con valles por la policía para prevenir todo tipo de protesta en este espacio, y marcharon brevemente por la avenida Istiklal, la arteria comercial y de ocio de Estambul.
Los agentes intervinieron con disparos de gas lacrimógeno y balas de plástico y realizaron decenas de detenciones, en algunas ocasiones de forma violenta, informa el diario turco Diken.

Uno de los detenidos fue el fotógrafo de la AFP, Bülent Kiliç, mientras cubría la dispersión de la manifestación que había sido prohibida, informaron testigos y defensores de la libertad de prensa. La AFP en Estambul pidió a las autoridades turcas la liberación de su periodista.
“Condenamos la detención del reportero de la AFP Bülent Kiliç que cubría el desfile del Orgullo en Taksim (…) Reclamamos su liberación inmediata”, reaccionó en Twitter la organización Reporteros Sin Fronteras en Turquía.
Desde 2003, la marcha del orgullo se había celebrado de forma festiva y pacífica en la calle Istiklal, con una afluencia de decenas de miles de personas en 2014, el último año en que fue autorizada.

Desde entonces, el Gobierno ha vetado la marcha bajo diversas justificaciones, entre ellas la de “vulneración de la moral pública”, pese a que la homosexualidad es legal en Turquía desde 1858.
En el último año, la bandera arcoiris, símbolo de la comunidad gay, se ha convertido en el enemigo público principal de los sectores islamistas y conservadores que apoyan el gobierno del presidente, Recep Tayyip Erdogan.
Por lo mismo, esas banderas se ondean ahora a menudo en cualquier manifestación antigubernamental, incluso si no tiene relación con los derechos de gays y lesbianas, como ocurrió en las protestas estudiantiles de enero pasado, o en la marcha feminista del 8 de Marzo.

Las asociaciones LGBT denuncian una “campaña de odio” desde el poder que podría alentar la violencia contra una comunidad particularmente vulnerable.
“En Turquía ha habido un cambio drástico con respecto a las persOnas LGBT desde 2015. El Estado ha declarado la guerra, por decirlo así, a la gente LGBT”, denunció Yildiz Tar, de la organización Kaos GL, en declaraciones a DPA.
Tar ha asegurado que el Gobierno fomenta la hostilidad hacia el colectivo “entre la totalidad de la población” y ha denunciado un incremento de los delitos contra esta comunidad con total impunidad.