Corría el año 1950, cuando el pueblo de Curon quedó sumergido bajo el agua. La aldea italiana, que alguna vez tuvo unos 900 habitantes que vivían en 160 casas, pasó a ser historia porque fue inundado intencionadamente para crear un lago artificial para una central hidroeléctrica.

Curon estaba en la confluencia de dos lagos naturales en Val Venosta y fue inundado hace 70 años, lo que permitió que la central eléctrica de Glorenza generara 250 millones de kilovatios hora al año para las industrias de la región. En el fondo del nuevo lago terminaron más de 160 casas, cuyos habitantes recibieron nuevas viviendas.
Los lugareños se vieron obligados a mudarse del lugar, del que sólo tenían el recuerdo del campanario que corona la antigua iglesia de Curon, que puede verse sobre el nivel del agua y que año tras año se convierte en toda un reclamo para los turistas.
El lugar se ha convertido en una atracción turística principalmente por la torre de la iglesia de Curon, del siglo XIV, que emerge de las aguas del lago alpino artificial. El pueblo inspiró una novela y la exitosa serie de Netflix ‘Curon’, que se estrenó el año pasado.

Ahora, los restos de la aldea, que ha estado sumergida durante más de 70 años, han salido a la superficie.
El lago Resia, que así se llama, está siendo drenado temporalmente para reparar el embalse, donde se encontraron algunas fisuras. Esto ha hecho que lo que queda de la aldea salga a la superficie. Puede que algunos antiguos habitantes de Curon estén visitando por primera vez en 70 años lo que un día fue su hogar.
Los trabajadores han dejado al descubierto montones de ladrillos y escombros de lo que algún día fueron calles, algunos escalones… Todo lo que queda del antiguo pueblo de Curon, que prestó su nombre a una serie de terror italiana de Netflix basada en la ciudad perdida.
Una de las residentes del lugar, Lucía Azzolini, ha expresado que le ha resultado «extraño caminar entre los escombros de las casas. Sentí curiosidad y tristeza«, ha añadido.
Aún así, la ‘atracción’ no durará mucho. Una compañía eléctrica ya ha comenzado a devolver agua al lago, y en un par de semanas estará lleno, dejando la aldea sumergida nuevamente.