Normalizar los discursos de odio: «liviandades» en los medios ante el atentado a Cristina Fernández.

La noche del jueves 1 de septiembre quedará grabada en la mente de toda la Argentina, el atentado de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Dirigentes de distintos colores políticos utilizaron sus redes sociales para emitir mensajes de repudio a tal acto de violencia, excepto casos particulares como el de la presidenta del PRO Patricia Bullrich.

Claramente todo acto de violencia es un acto completamente deleznable, más allá de las diferencias que puedan existir con la víctima del mismo. Como sociedad debemos crecer y el modo en que se ha manejado la información, en especial el discurso del presidente de la Nación, Alberto Fernández, ha tenido una doble moral por parte de los medios de comunicación que se han enfocado en el Feriado Nacional dejando de lado, o minorizando, el atentado producto de la reproducción permanente de discursos de odio.

Las notas replicadas en los medios de comunicación local han dejado completamente olvidada la ética profesional del periodista, salteando las diferencias editoriales.

La publicación que realizó Diario Móvil, que realmente no sorprende ya que lamentablemente va con su linea de jugada (sí, jugada por que decirle linea editorial es desmerecer al trabajo periodístico).

Por otro lado, los memes, que por medio de la broma instalan en el inconciente colectivo un modo particular de ver la realidad. Sí, los memes son fuentes formadores de opinión, es como el famoso dicho «entre broma y broma la verdad se asoma».

El atentado a la vicepresidenta es un acto completamente repudiable, desde cualquier aspecto y merece la seriedad que corresponde en su tratamiento y difusión de información. No es un chimento o rumor, fue un atentado a la sociedad argentina. Quisieron asesinar en plena calle a la vicepresidenta de todos/as los/as argenitnos/as, elegida por mayoría de voto en un sistema plenamente democrático.