Legado cultural del club de inmigrantes Vissarion Grigorievich Belinski.

Los clubes de inmigrantes ya forman parte de nuestra cultura, representan valores que compartimos los argentinos. Raíces, responsabilidad, transmisión cultural, resilencia. Cruzado transversalmente por el amor de hacerlo en colectividad, el compartir como valor fundamental y la importancia de mantener una identidad conjunta. Es así, que la historia de uno de estos clubes, el Vissarion Grigorievich Belinski (Villa Ayacucho, San Martín, Provincia de Buenos Aires), lo ilustra y sirve de retrato de los inmigrantes y sus descendientes, pero también de todos aquellos que habitamos esta parte del mundo.

Anteriormente destacamos la importancia histórica de los clubes de inmigrantes y en Latinoamérica, a través del ejemplo del Club Máximo Gorki. Estos clubes, ya forman parte de nuestra cultura, representan valores que compartimos los argentinos: el respeto y apego a las raíces. La responsabilidad de continuidad con la labor iniciada por nuestros antepasados, el sentimiento de deber transmitir nuestra historia y cultura. La resilencia de continuar aunque nos acechen las dificultades.

Todo esto cruzado transversalmente por el amor de hacerlo en colectividad, el compartir como valor fundamental y la importancia de mantener una identidad conjunta.

Es así, que la historia de uno de estos clubes, el Vissarion Grigorievich Belinski, ilustra lo mencionado anteriormente y sirve de retrato de los inmigrantes y sus descendientes, pero también de todos aquellos que habitamos esta parte del mundo.

Un grupo de ciudadanos rusos, bielorrusos y ucranianos, llegados al país alrededor de 1930 se reunían en distintas plazas a conversar y recordar momentos vividos en su tierra natal.

Pasado un tiempo, deciden comenzar a buscar un lugar físico que puedan albergar a sus compatriotas. Con gran esfuerzo y dedicación comienzan a juntar dinero propio y donaciones hasta que encontraron el tan ansiado lugar.

Con mucho trabajo, reformas y nuevas construcciones, realizado los fines de semana.  Los hombres levantaban paredes y las mujeres preparaban los almuerzos, el trabajo fue muy arduo.

Pero llegó el 17 de octubre de 1951 donde se inaugura el Club Cultural y Deportivo VISSARION GRIGORIEVICH BELINSKI, bautizado así por el gran literato ruso del siglo XIX, en la calle Falucho 172. Hoy,  Diagonal 133 Nº 1972, Villa Ayacucho, San Martín, Provincia de Buenos Aires.

/ Año 1952. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

Al tiempo ya se contaba con casi 3.500 socios. El objetivo era comenzar a difundir y enseñar a sus hijos ya argentinos, su cultura. Las clases de idioma ruso, las danzas, las canciones, comenzar a interiorizarse por los instrumentos típicos (balalaika, dombra, mandolina)

Así como la tan exquisita gastronomía, varenikis, pelmeni, kapusta y también,  por qué no, un buen Vodka.

/ Año 1954. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

Según Susana Horowy, socia y miembro de la Comisión Directiva del club, “estamos muy agradecidos actualmente al proyecto que tuvieron nuestros fundadores hace ya 72 años, porque hasta el día de hoy seguimos difundiendo donde se pueda la cultura de estos tres países, tan parecidos entre sí, pero cada uno con su idiosincrasia”.

/ Año 1957. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

Horowy, señala que no siempre ha sido fácil, pero que nunca han bajado los brazos: “hemos pasado por momentos difíciles, donde por causa ajenas a la Institución por unos cuantos años nuestro club permaneció cerrado, pero no se dejó de participar en eventos, porque los ensayos de las danzas y canciones pasaron a realizarse en los patios y terrazas de las casas”.

“Hoy ya no somos 3.500 socios, somos muchos muchísimos menos, la pandemia, las mudanzas, las distintas circunstancias de la vida misma, hizo que se redujera el número de socios”, admiten desde el club.

/ Clases de idiomas. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

Aun así, conscientes de la importancia de la colectividad y de que es el legado de sus predecesores, los socios del Vissarion Grigorievich Belinski se muestran incansables y continúan con multiplicidad de actividades: “nosotros seguiremos adelante con nuestras clases de idioma ruso (presenciales y virtuales), ensayos del Conjunto de danzas tradicionales RADUGA en sus tres niveles, niños, jóvenes y veteranos”.

Además cuentan con un conjunto vocal e instrumental Melodya, con canciones rusas, bielorussas y ucranianas, un conjunto de cuerda Zhuravli, que cuenta con balalaikas, dombras y mandolinas para quienes deseen estudiar e integrarse en el futuro al conjunto.

En lo deportivo, tienen un equipo de vóley. Aparte, se destaca también una importante Biblioteca con volúmenes antiguos y contemporáneos.

Horowy destaca su gran participación en eventos, “con nuestros Conjuntos, y hasta la fecha, nos hemos presentado en Ferias de Colectividades, a nivel Nacional, Provincial y Municipal, con éxito”.

/ Raduga juvenil, encuentro de colectividades. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

Participaron en el evento que organiza la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “Buenos Aires Celebra Rusia” (Matushka Rus). Han viajado a Misiones, en varias oportunidades para la Fiesta del Inmigrante que se realiza en Obera. También visitaron las provincias de Santa Fe, Chacó, La Pampa. En Buenos Aires fueron Chascomus y Mar del Plata.

/ Raduga juvenil en Misiones. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

Es admirable la gran actividad que nos cuenta Susana, “participamos en escuelas, teatros, desfiles, eventos de la comunidad en que vivimos y Clubes de nuestra Colectividad”.

En lo social festejamos el Dia Internacional de la Mujer, El Día de la Cosmonáutica, el Día de la Victoria, La Independencia de Belarus, Nuestro Aniversario, Fin de año, para alegria de los niños, que esperan la llega de Died Moroz con su bolsa de regalos, golosinas y llevarse las cartas con sus sus pedidos cantando alrededor del árbol de Navidad. En estos eventos, se sirven comidas típicas”, relata.

/ Navidad. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

No solo eso, “también las fechas patrias argentinas con asado y empanadas, para el 25 de Mayo, 9 de Julio y Dia de la Bandera, entre otros festejos”.

Recientemente, el club Vissarion Grigorievich Belinski ha participado de un hecho histórico importante y emotivo, “en el mes de mayo hemos tenido el honor, con el apoyo de la Embajada de Rusia en Argentina y Casa de Rusia de recibir la “Llama de la Memoria” que llega por primera vez a la Argentina en víspera del Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria”.

/ Junto a representantes de Casa Rusia y Embajada Rusa. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

“Una delegación enviada directamente desde Moscú hizo entrega a nuestra Institución un trocito de esta Llama Eterna de la Tumba del Soldado Desconocido en Moscú. La delegación junto a nuestros socios participó en la marcha del Regimiento Inmortal, que se realiza todos los años en la Plaza San Martín, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, relata Horowy.

/ Parte de la Llama Eterna de la Tumba del Soldado Desconocido en Moscú. Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski /

El club Vissarion Grigorievich Belinski forma parte de FICIBRU (Federación de Instituciones Culturales de Belarusos, Rusos y Ucranianas), de la FAC (Federación Argentina de Colectividades), del Consejo Coordinador de Compatriotas Rusos en Argentina y del Consejo Coordinador de Jóvenes Compatriotas en Argentina.

“Nuestro propósito es continuar trabajando, seguir difundiendo nuestra cultura para que las generaciones venideras continúen conservando, conociendo sus raíces e invitando a integrarse a nuestras actividades a todo público que desee conocernos”, concluyen Susana Horowy y Claudia Pristupa, quienes amablemente nos han contado la historia de su club y de su colectividad.

/ Imagen principal: Cortesía del Club Vissarion Grigorievich Belinski


* Agradecimientos a Susana Horowy y a Claudia Pristupa, socias del Vissarion Grigorievich Belinski, quienes han hecho posible esta nota.