El 13 de junio de 1562 Juan Jufré de Loayza y Montese, fundó San Juan de la Frontera, en el valle de Tulum, por orden de Francisco de Villagra, capitán general de Chile. ¿Este fue el inicio?

Aquel 13 de junio la ceremonia tuvo pocos testigos: el reducido grupo de españoles que acompañaban a Jufré y algunos indígenas. Se leyó un acta, que fue firmada por algunos de los expedicionarios presentes. El acta de fundación de la ciudad la bautizó San Juan de la Frontera en honor del santo patrono San Juan Bautista y por llegar su territorio hasta la frontera con el Tucumán. El mismo día Jufré instituyó el primer Cabildo, nombró teniente corregidor y repartió entre su gente los solares de la ciudad y alrededor de 1.500 indígenas en encomiendas.
Desde 1562 hasta 1594 San Juan tuvo su asiento en el Pueblo Viejo, hoy Concepción. A pesar de haber transcurrido 32 años desde su fundación, sólo se había levantado la iglesia parroquial y la casa dominicana. Las viviendas eran, según crónicas de la época “un rancherío que no se diferenciaba mucho del caserío huarpe”.

Hoy se celebran 460 años de aquella firma, a partir de la cual la identidad sanjuanina se fue forjando y transmitiendo por las siguientes generaciones. En el día de hoy muchas comunidades y colectividades se agrupan para dar a conocer sus costumbres y demostraciones de cómo han ido creciendo al encontrarse con otras tradiciones, se han ido amalgamando.
San Juan es más que valles, montañas y cordillera, más que sol intenso y viento zonda, más que un modo particular de hablar, con acento «arrastrado» y tonada melancólica, somos más que lo que eramos el 13 de junio de 1562. Sanjuanino/a es el entramado de historias que se cruzan, de perseverancia, solidaridad, hermandad y crecimiento, y sobre todo resiliencia.